Un nuevo intento de luchar contra los musulmanes se produjo en el año 1299. Un ejercito de mongoles, armenios y templarios se reunieron en las rumas de la otrora imponente ciudad de Antioquía, ahora reducida a un montón de ruinas. El ejercito combinado de estas tres fuerzas se elevaba a unos cien mil hombres, divididos en varios cuerpos de ejercito. Uno de ellos, compuestos por treinta mil combatientes, los dirigía Jacques de Molay. Era la primera vez que un maestre del Temple tenía bajo su mando vanas divisiones del ejército mongol. Los aliados avanzaron hacia el sur hasta encontrarse con el formidable ejército musulmán, integrado por unos ciento cincuenta mil soldados, la mayoría mamelucos de Egipto. El enfrentamiento entre ambas fuerzas se produjo los día 22 y 23 de diciembre de 1299. La batalla librada en Hims, entre Alepo y Damasco, es una de las más grandes de cuantas se ha librado en la historia de la Humanidad. Los musulmanes fueron derrotados y durante seis meses, el sur de Siria y el norte de Palestina quedaron en manos de los aliados. Los templarios pudieron regresar, aunque por muy poco tiempo, a su primitiva sede en el Templo de Jerusalén. En el verano del año 1300, un maestre del Temple, Jacques de Molay, pudo pisar el suelo de la explanada de las mezquitas, ciento doce años después de que la orden tuviera que abandonarla cuando Saladino la conquistara.
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