jueves, 30 de enero de 2014
RENUNCIAR A LOS BIENES
Un hermano había renunciado al mundo, distribuyó sus bienes a los pobres, pero se reservó una pequeña parte. Vino el abad Antonio, que había tenido conocimiento de ello y le dijo: «Si quieres hacerte monje, vete a ese pueblo, compra carne, cubre con ella tu cuerpo, y vuelve». El hermano lo hizo así y los perros y los pájaros le desgarraron el cuerpo. De vuelta ante el anciano, éste le preguntó si había hecho lo que le había mandado. Y al mostrarle su cuerpo destrozado, san Antonio le dijo: «Los que renuncian al mundo y quieren tener dinero, cuando los demonios les atacan los despedazan de este modo».
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