Sermones de San Bernardo de Claraval

sábado, 26 de abril de 2014

LA BELLEZA DEL SILENCIO

Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio: no lo digas.

sábado, 19 de abril de 2014

EXPERIENCIA

Otro hermano se llegó también al abad Teodoro y empezó a hablar e inventar cosas de las que no tenía ninguna experiencia. El anciano le dijo: «Todavía no has encontrado barco, ni has colocado en él tu equipaje, ni has empezado a navegar, y he aquí que ya has llegado a la ciudad de destino. Cuando hayas puesto por obra todo eso de lo que me has estado hablando, entonces podrás empezar a hablar de ello».

viernes, 11 de abril de 2014

EGOISMO

El primer ministro de la dinastía Tang era un héroe nacional por su éxito como estadista y líder militar. Pero a pesar de su fama, poder, y riqueza, se consideraba a sí mismo como un humilde y devoto budista. Visitaba a menudo a su maestro preferido de Zen para estudiar bajo su instrucción, y parecían llevarse muy bien. El hecho de que era primer ministro no tenía, aparentemente, ningún efecto en su relación, la cual parecía ser simplemente una de un reverendo maestro y un respetuoso estudiante.

Un día, durante su usual visita, el primer ministro le preguntó al maestro, "Su Reverencia, según el Budismo ¿qué es el egoísmo?". La cara del maestro se puso roja, y en un tono de voz muy condescendiente e insultante, increpó a modo de respuesta, "¿¡Qué clase de pregunta estúpida es ésa!?". 

Esta imprevista respuesta conmocionó tanto al primer ministro que llegó a fruncir el ceño y a enfadarse. Entonces el maestro de Zen sonrió y dijo, "ÉSTO, Su Excelencia, es egoísmo."

sábado, 29 de marzo de 2014

UN PAÍS EXTRANJERO

El abad Arsenio, de feliz memoria, solía decir: «Un monje, peregrino en un país lejano, no se mezcle en cosa alguna y tendrá paz».

miércoles, 26 de marzo de 2014

LA FAMA

Un anciano dijo: «Desgraciado el hombre cuya reputación es mayor que sus obras».

martes, 25 de marzo de 2014

EL ANACORETA

Un día el gobernador de la provincia vino a visitar al abad Simón. Entonces éste tomó la correa que le servía de cinturón y subió a una palmera para podaría. Cuando llegaron los visitantes le dijeron: «¿Dónde está el anciano que vive aquí como anacoreta?». Y él respondió: «Aquí no hay ningún anacoreta». Y el gobernador al oír esto se volvió por donde había venido.

jueves, 20 de marzo de 2014

EL CAMINO

Un guerrero de fama y fuerte carácter luego de recorrer un largo camino se dirige a una escarpada montaña, 
lugar de habitación de un solitario y sabio maestro del budismo (probablemente un sacerdote)

Cuando llega a la morada del sabio luego de una agotadora jornada saluda respetuosamente al monje, el cual guarda silencio sin moverse de su posición.

Luego le dice: He venido hasta aquí desde muy lejos para saber de un sabio como Usted ¿cuál es el camino hacia el cielo y el infierno?. El monje impasible mantuvo el silencio sin mirarlo siquiera. El guerrero algo irritado le increpa diciendo: ¡He subido esta escarpada montaña, he recorrido un largo camino en busca de sabiduría y quiero que me responda ¿cuál es el camino entre el cielo y el infierno?!. El monje no mostró siquiera un cambio de actitud, como si fuera una escultura.

El guerrero reaccionó sulfurado e iracundo diciendo: ¡¡ He hecho un gran esfuerzo por estar aquí, no permitiré que me faltes así el respeto!! y levantó su espada con la cierta intención de darle muerte. En ese momento el monje levanta su mano indicando con su dedo índice al guerrero y exclama con voz firme: ¡Ese es el camino del infierno! Sorprendido y avergonzado el guerrero envaina lentamente espada. El monje con voz tranquila le dice: Ese es el camino del cielo.

lunes, 3 de marzo de 2014

POBREZA

El abad Teodoro de Fermo tenía tres buenos códices. Fue a visitar al abad Macario y le dijo: «Tengo tres códices y su lectura me aprovecha mucho. Los ancianos me los piden también para leerlos y sacan provecho. Dime qué debo hacer». El anciano le dijo: «Buenas son esas cosas, pero lo mejor de todo es no poseer nada». Y al oírlo, el abad Teodoro se fue, vendió los tales códices y dio el dinero a los pobres.

domingo, 2 de marzo de 2014

LOS TRES GUERREROS

Los 3 hermanos


Un viejo guerrero Samurai, que en su juventud logró sobrevivir a los embates de diversas guerras entre señoríos, presintió que sus días en este plano de vida se terminarían, y decidió dar lo poco que tenía a sus tres únicos hijos, los cuales también eran samurais, pero de un nivel de pelea muy básico.

Como él presentía que su destino con el TAN TIEN se acercaba decidió que no sería posible enseñar Kenjutsu por completo a sus tres hijos y esto lo puso muy triste pues sin duda después de su partida ellos serían presa fácil de otros guerreros de mayor nivel.

Mientras se preparaba espiritualmente en meditación para su partida, le llegó una visión y una forma de dar el último legado a sus jóvenes hijos.

Mientras hacia un recuento de las posesiones en armas que tenía y al observar las flechas que había forjado años antes como regalo para sus hijos, (las flechas tienen una simbología muy particular para los Japonese pues denotan el vehículo con que se trasladan los deseos y las metas, y su objetivo es no regresar del lugar donde salieron) así comparó los deseos que dejaría como último legado para sus tres hijos.

Días mas tarde convocó a los tres para dar sus bendiciones y para heredarles lo que les correspondiese a cada uno y durante ese momento dijo: "Sé que ustedes seguirán mis pasos como guerreros y se que aún son muy jóvenes e inmaduros en las artes del sable, no obstante que sus técnicas son complementarias y que solo les enseñe a atacar y no a defender, les tengo una herencia mas por darles.

Sepan que en estas flechas esta el secreto para que ustedes puedan ser invencibles a pesar de que solo saben técnicas de ataque."

Los tres muchachos se quedaron sorprendidos, se miraban entre si, pues no sabían como tres flechas habrían de hacerlos invencibles. El anciano se sonrió y les entregó una flecha a cada uno de ellos. Los chicos las miraron y quedaron mas confusos pues las flechas no parecían tener alguna cualidad superior y uno de ellos dijo:

"Padre gracias por tu regalo y por entregarnos estas flechas, pero dime ¿Cómo es que esta simple flecha me va hacer invencible?

El anciano le dijo:

"Si decides romper esta flecha con tus propias manos seguramente lo lograras sin ningún tipo de problema pero si juntas las tres te será parcialmente imposible romperlas, júntalas de una sola vez e intenta romperlas tan solo con tus manos."

El chico comprobó que su padre tenía razón pues a pesar de que eran simples flechas, estaban hechas de maderas duras y al juntar las tres no se podían romper.

El anciano sonrío de nuevo al ver que ninguno de los tres pudo romper el grupo de flechas y continúo diciendoles:

"Así como el estilo de estas tres flechas es el de solamente atacar su objetivo, el de ustedes es igual, pero pongan atención pues esta es la herencia más importante que les dejaré. Las flechas son indestructibles si se juntan pero si se deja una sola cualquiera podrá romperla, estas flechas representan a sus cualidades y a sus personalidades de combate, de igual manera, para que ustedes sean invencibles, siempre deberán pelear juntos y atacando de una manera definitiva y sin titubear , pues el día que decidan pelear solos será el último: rota una de las flechas las otras son mas fáciles de romper. Esta es la manera de que los tres sean invencibles a pesar de que solo saben ataques y no defensas."

Desde entonces ninguno de los tres hermanos se atrevió a pelear solo y desde ese momento juntos fueron invencibles

jueves, 27 de febrero de 2014

LA PALABRA

Se contaba del abad Agatón que fueron a verle unos hermanos porque habían oído decir de él que era una persona de gran discreción. Y queriendo ver si montaba en cólera, le dijeron: «¿Eres tú Agatón? Hemos oído que eres un fornicario y un soberbio». Y él contestó: «Así es». Y volvieron a decirle: «¿Eres tú Agatón el charlatán y calumniador?». Y respondió: «Yo soy». Y de nuevo le dicen: «¿Eres tú Agatón el hereje?». Y les dijo: «No, no soy hereje». Y le preguntaron entonces: «Dinos, ¿por qué habiéndote dicho tantas palabras injuriosas las has llevado con paciencia, y en cambio al llamarte hereje no lo has soportado?». Y Agatón respondió: «Las primeras injurias me las atribuyo, porque ello resulta de provecho para mi alma. En cuanto que me llaméis hereje no lo admito, porque significa separación de Dios, y yo no quiero por nada de este mundo separarme de Dios». Al oírle se admiraron de su discreción y se fueron muy edificados.

viernes, 21 de febrero de 2014

LA ESPUERTA

Un hermano de Scitia cometió un día una falta. Los más ancianos se reunieron y enviaron a decir al abad Moisés que viniese. Pero él no quiso venir. El presbítero envió a uno para que le dijera: «Ven, pues te esperan todos los hermanos». Y vino, tomó consigo una espuerta viejísima, la llenó de arena y se la echó a la espalda. Los hermanos saliendo a su encuentro le preguntaban: «¿Qué es esto, padre?». Y el anciano les dijo: «Mis pecados se escurren detrás de mí, y no los veo, y ¿voy a juzgar hoy los pecados ajenos?». Al oír esto los hermanos no dijeron nada al culpable y lo perdonaron.

lunes, 17 de febrero de 2014

QUIÉN SE MUEVE

Dos monjes tenían una discusión a la orilla del río. El maestro, que en ese momento pasaba, se acercó a ellos y les preguntó sobre que se trataba su debate. "Estábamos mirado aquél árbol, y dije que las hojas se movían, pero mi compañero dice que es el viento el que se mueve", dijo uno de los monjes.

El maestro miró al árbol, luego a sus discípulos y les dijo, "es su mente la que se mueve".

domingo, 9 de febrero de 2014

LA TAZA VACÍA

Según una vieja leyenda, un famoso guerrero, va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta a éste, contándole de todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios.

Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen.

Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.

Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena.

Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa.

El maestro le responde con tranquilidad "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?

Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó: "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada"

viernes, 7 de febrero de 2014

HUMILLACIÓN

El abad Moisés dijo al hermano Zacarías: «¿Dime qué debo hacer». Al oírle, se echó a sus pies y le dijo: «Padre, ¿tú me lo preguntas a mi?». El anciano la contestó: «Créeme, Zacarías, hijo mío, he visto que descendía sobre ti el Espíritu Santo y esto es lo que me impulsa a preguntarte». Entonces, Zacarías se quitó el capuchón, lo puso bajo sus pies y mientras lo pisaba decía: «Si el hombre no es pisoteado de esta manera, no puede ser monje».

miércoles, 5 de febrero de 2014

ATRAPAR DOS CONEJOS

Un estudiante de artes marciales se acercó a su profesor con una pregunta. “Quisiera mejorar mi conocimiento de las artes marciales. Además de aprender de usted, quisiera estudiar con otro profesor, para aprender otro estilo. ¿Qué piensa usted de esta idea?”. 

“El cazador que persigue dos conejos”, contestó al profesor, “no atrapa ninguno”.

viernes, 31 de enero de 2014

ADAPTARSE AL MEDIO

Cuenta una historia taoísta que un anciano cayó accidentalmente en los rápidos del río llevándolo a una alta y peligrosa cascada. Los espectadores temieron por su vida. Milagrosamente, salió vivo e ileso, río abajo al final de la cascada. 

La gente le preguntó cómo logró sobrevivir. “Yo me adapté al agua, no el agua a mí. Sin pensar, me dejé moldear por el agua. Hundiéndome en la corriente, salí con la corriente. Así es cómo sobreviví”.

(Algunas versiones describen a Confucio como testigo de este suceso. También, en algunas versiones, el anciano explica cómo ha estado saltando en la cascada, de la misma forma, desde que era un niño.)

jueves, 30 de enero de 2014

RENUNCIAR A LOS BIENES

Un hermano había renunciado al mundo, distribuyó sus bienes a los pobres, pero se reservó una pequeña parte. Vino el abad Antonio, que había tenido conocimiento de ello y le dijo: «Si quieres hacerte monje, vete a ese pueblo, compra carne, cubre con ella tu cuerpo, y vuelve». El hermano lo hizo así y los perros y los pájaros le desgarraron el cuerpo. De vuelta ante el anciano, éste le preguntó si había hecho lo que le había mandado. Y al mostrarle su cuerpo destrozado, san Antonio le dijo: «Los que renuncian al mundo y quieren tener dinero, cuando los demonios les atacan los despedazan de este modo».

miércoles, 29 de enero de 2014

CONCIENCIA PLENA

Después de diez años de aprendizaje, Tenno alcanzó el rango de profesor de Zen. Un día lluvioso, fue a visitar al famoso maestro Nan-in. Cuando entró, el maestro lo saludó con una pregunta, “¿Usted dejó sus zuecos de madera y paraguas en el pórtico?”. “Sí”, contestó Tenno.

“Dígame”, continuó el maestro, “¿usted colocó su paraguas a la izquierda de sus zapatos, o a la derecha?”. Tenno no supo la respuesta, y se dio cuenta que todavía no había logrado tener conciencia plena. Así que se convirtió en aprendiz de Nan-in y estudió con él por diez años más.

lunes, 27 de enero de 2014

EL JARRÓN Y LA PUERTA

Bokuden, gran Maestro de sable, recibió un día la visita de un colega. Con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que habían alcanzado siguiendo su enseñanza, Bokuden preparó una pequeña estratagema: colocó un jarro sobre el borde de una puerta deslizante de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitación.

Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llamó a su hijo mayor. Cuando éste se encontró delante de la puerta, se detuvo en seco. Después de haberla entreabierto cogió el vaso antes de entrar. Entró cerró detrás de él, volvió a colocar el jarro sobre el borde de la puerta y saludó a los Maestros.

- Este es mi hijo mayor - dijo Bokuden sonriendo -, ya ha alcanzzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro.

A continuación llamó a su segundo hijo. Este deslizo la puerta y comenzó a entrar. Esquivando por los pelos el jarro que estuvo a punto de caerle sobre el cráneo, consiguió atraparlo al vuelo.

- Este es mi segundo hijo - explicó al invitado -, aún le queda un largo camino que recorrer.

El tercero entró precipitadamente y el jarro le cayó pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvainó su sable y lo partió en dos.

- Y este - respondió el Maestro - es mi hijo menor. Es la vergüenza de la familia, pero aún es joven.

domingo, 19 de enero de 2014

UN BUDISTA QUE LEÍA LA BIBLIA

Uno de los monjes del maestro Gasan visitó la universidad en Tokio. Cuando volvió, le preguntó al maestro si había leído alguna vez la Biblia Cristiana. "No", contestó Gasan, "por favor, léame algo de ella." 

El monje abrió la Biblia en el Sermón en el Monte que aparece en San Mateo, y comenzó a leer. Después de leer las palabras de Cristo sobre los lirios en el campo, calló. 

El maestro Gasan estuvo silencioso durante un buen rato. 

"Sí", finalmente dijo, "quien quiera que haya pronunciado estas palabras es un ser iluminado. ¡Lo que me ha leído es la esencia de todo lo que he estado tratando de enseñarles aquí!"

sábado, 18 de enero de 2014

LA POSADA


- “¿Qué quiere?”, preguntó el rey, reconociendo inmediatamente al visitante.

- “Quisiera un lugar para dormir en esta posada”, contestó el maestro.

- “Pero esta no es una posada”, dijo el rey, “es mi palacio”.

- “¿Puedo preguntar quién era el dueño de este palacio antes de usted?”

- “Mi padre. Él está muerto”.

- “¿Y quien era el dueño antes de él?”.

- “Mi abuelo. Él también está muerto”.

- “¿Y este lugar en donde la gente vive por un corto tiempo y después se muda, acaso le oí decir que no es una posada?”

viernes, 17 de enero de 2014

BEBER VINO

Decían del abad Macario que cuando descansaba con los hermanos se había fijado esta norma: si había vino, bebía en atención a los hermanos, pero luego por cada vaso de vino pasaba un día sin probar agua. Y los hermanos, pensando que le daban gusto, le ofrecían vino. Y el anciano lo tomaba con alegría para mortificarse después. Pero uno de sus discípulos que conocía su norma, dijo a los hermanos: «Por amor de Dios, no le deis vino, que luego se atormenta en su celda». Cuando los hermanos lo supieron nunca más le dieron vino.

jueves, 16 de enero de 2014

INDIFERENCIA ANTE EL PODER

Durante las guerras civiles en el Japón feudal, un ejército invasor podía barrer rápidamente con una ciudad y tomar el control. En una aldea en particular, todos huyeron momentos antes que llegara el ejército; todos excepto el maestro de Zen.

Curioso por este viejo, el general fue hasta el templo para ver por sí mismo qué clase de hombre era este maestro. Como no fuera tratado con la deferencia y sometimiento a los cuales estaba acostumbrado, el general estalló en cólera. “¡Estúpido!”, gritó mientras alcanzaba su espada, “¡no te das cuenta que estás parado ante un hombre que podría atravesarte sin cerrar un ojo!”. Pero a pesar de la amenaza, el maestro parecía inmóvil. “¿Y usted se da cuenta?”, contestó tranquilamente el maestro, “¿que está parado ante un hombre que podría ser atravesado sin cerrar un ojo?”

miércoles, 15 de enero de 2014

PEQUEÑAS MISIONES

Se contaba lo siguiente del abad Dióscoro de Namisias: «Comía pan de cebada y de harina de lentejas. Y cada año se ponía la observancia de una práctica concreta. Por ejemplo, no ir en todo el año a visitar a nadie, o no hablar, o no tomar alimentos cocidos, o no comer ni frutas ni legumbres. Y así procedía en todas sus obras. Y apenas terminada una cosa, comenzaba otra, y siempre durante un año».

martes, 14 de enero de 2014

LA BÚSQUEDA

Una mujer estaba buscando algo en el suelo junto a un farol. Pasó por allí un hombre y se paró, curioso, a observar a la mujer, que afanosamente buscaba y buscaba. Intrigado, después de un rato, el hombre preguntó:

- Buena mujer, perdona que me inmiscuya en tus asuntos, pero ¿podrías decirme qué buscas?

Y la mujer repuso:

- Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz he venido a buscarla junto a este farol.

Como esa mujer proceden muchos seres humanos. En lugar de buscar dentro de ellos mismos (donde mora el más verdadero gurú, el paraíso interno, la respuesta), buscan fuera de ellos lo que jamás podrán hallar fuera.

lunes, 13 de enero de 2014

APOTEGMA SOBRE LA VIVENCIA DE LA MUERTE

El abad Juan el Enano dijo: «Me gusta que el hombre posea algo de todas las virtudes. Por eso, cada día al levantarte, ejercítate en todas las virtudes y guarda con mucha paciencia el mandamiento de Dios, con temor y longanimidad, en el amor de Dios, con esfuerzo de alma y cuerpo y con gran humildad. Sé constante en la aflicción del corazón y en la observancia, con mucha oración y súplicas, con gemidos, guardando la pureza y los buenos modales en el uso de la lengua y la modestia en el de los ojos. Sufre con paciencia las injurias sin dar lugar a la ira. Sé pacífico y no devuelvas mal por mal. No te fijes en los defectos de los demás, ni te exaltes a ti mismo, antes al contrario, con mucha humildad sométete a toda criatura, renunciando a todo lo material y a lo que es según la carne, por la mortificación, la lucha, con espíritu humilde, buena voluntad y abstinencia espiritual; con ayuno, paciencia, lágrimas, dureza en la batalla, con discreción de juicio, pureza de alma, percibiendo el bien con paz y trabajando con tus manos. Vela de noche, soporta el hambre y la sed, el frío y la desnudez, los trabajos. Enciérrate en un sepulcro como si estuvieses muerto, de manera que a todas las horas sientas que tu muerte está cercana».

sábado, 11 de enero de 2014

ABUNDANCIA DE ALIMENTOS

El abad Daniel decía: «El abad Arsenio ha vivido muchos años con nosotros y cada año le suministrábamos una escasa ración de alimentos. Y sin embargo, siempre que íbamos a verle comíamos de ella».

viernes, 10 de enero de 2014

DESATAR EL ASNO

Unos hermanos de Scitia quisieron ver al abad Antonio. Se embarcaron en una nave y se encontraron en ella un anciano que también quería ir donde Antonio. Pero los hermanos no lo sabían. Sentados en el barco hablaban de las sentencias de los Padres, de las Escrituras y de sus trabajos manuales. El anciano guardaba silencio. Al llegar al puerto supieron que también él iba en busca del abad Antonio. Cuando se presentaron, el abad Antonio les dijo: «Buen compañero de viaje encontrasteis en este anciano». Y luego dijo al anciano: «Padre, has encontrado unos buenos hermanos». Pero el anciano le respondió: «Son buenos pero su habitación no tiene puerta. En su establo entra todo el que quiere y desata el asno». Esto lo decía porque los hermanos hablaban de todo lo que pasaba por su cabeza.

jueves, 9 de enero de 2014

LA LUZ Y LA OSCURIDAD

La oscuridad pensó que la luz cada día le estaba robando mayor terreno y entonces decidió ponerle un pleito. Así lo hizo y llegó el día fijado para el juicio. La luz llegó a la sala antes de que llegara la oscuridad. Allí estaba el juez y los respectivos abogados.

Esperaron y esperaron. La oscuridad estaba fuera de la sala, pero no se atrevió a entrar. Simplemente, no podía. Así que, pasado el tiempo, el juez falló a favor de la luz.

La luz es la Consciencia y la Sabiduría oscuridad; inconsciencia y error son ausencia de las otras; eso es todo. No tienen luz propia. Si desarrollas la consciencia, ¿cómo puede compartir el mismo espacio la incosnciencia? No puede, como no pudo la oscuridad entrar donde estaba la luz.

APATHEIA Y COMIDA

«Una comida habitualmente escasa y mal condimentada, unida a la caridad, lleva muy rápidamente al monje al puerto de la apatheia 1»

APATHEIA: Impasibilidad. No consiste en la extinción de las pasiones, sino en su perfecto dominio en aquel que está estrechamente unido a Dios

martes, 7 de enero de 2014

EL ABAD TEODORO DE FERMO

Decían del abad Teodoro de Fermo que aventajaba a todos en estos tres principios: no poseer nada, la abstinencia y el huir de los hombres.

lunes, 6 de enero de 2014

LOS MONJES Y LA CASTIDAD

Había una vez dos monjes Zen que caminaban por el bosque de regreso al monasterio. Cuando llegaron al río una mujer lloraba en cuclillas cerca de la orilla. Era joven y atractiva.

- ¿Que te sucede? – le preguntó el más anciano.

- Mi madre se muere. Ella esta sola en su casa, del otro lado del río y yo no puedo cruzar.

Lo intente – siguió la joven – pero la corriente me arrastra y no podré llegar nunca al otro lado sin ayuda… pensé que no la volvería a ver con vida. Pero ahora… ahora que aparecisteis vosotros, alguno de los dos podrá ayudarme a cruzar…

- Ojalá pudiéramos – se lamento el más joven. Pero la única manera de ayudarte sería cargarte a través del río y nuestros votos de castidad nos impiden todo contacto con el sexo opuesto. Eso esta prohibido… lo siento.

- Yo también lo siento- dijo la mujer y siguió llorando.

El monje mas viejo se arrodillo, bajo la cabeza y dijo:

- Sube.

La mujer no podía creerlo, pero con rapidez tomó su atadito con ropa y montó a horcajadas sobre el monje. Con bastante dificultad el monje cruzó el río, seguido por el otro más joven. Al llegar al otro lado, la mujer descendió y se acerco en actitud de besar las manos del anciano monje.

- Está bien, está bien- dijo el viejo retirando las manos, sigue tu camino.

La mujer se inclinó en gratitud y humildad, tomo sus ropas y corrió por el camino del pueblo. Los monjes, sin decir palabra, retomaron su marcha al monasterio… faltaban aún diez horas de caminata. Poco antes de llegar, el joven le dijo al anciano:

- Maestro, vos sabéis mejor que yo de nuestro voto de castidad. No obstante, cargaste sobre tus hombros a aquella mujer todo el ancho del río.

- Yo la llevé a través del río, es cierto, ¿pero qué pasa contigo que la cargas todavía sobre los hombros?

domingo, 5 de enero de 2014

EL INFIERNO Y EL PARAÍSO

Las puertas del paraíso

Un soldado, de nombre Nobushigé, acudió a Hakuín y le
preguntó: -¿Existe realmente un paraíso y un infierno?
-¿Tú quién eres? -Indagó Hakuín.
-Un samurái -respondió el otro
-¿Tú, un guerrero? -exclamó Hakuín. -¿Qué clase de señor
te admitiría en su guardia? Tienes facha de mendigo.
Nobushigé se encolerizó tanto que echó mano a la espada,
pero Hakuín continuó:
-¡Con que tienes un arma! Esa espada probablemente es demasiado
roma hasta para cortarme la cabeza.
Y, cuando ya Nobushigé desenvainaba, Hakuin observó: -Aquí se
abren las puertas del infierno.
A estas palabras, el samurái, notando la disciplina del maestro,
envainó la espada y le hizo reverencia.
-Aquí se abren las puertas del paraíso -dijo Hakuín.

sábado, 4 de enero de 2014

UN CUERPO QUE SE CONSUME

Preguntaron unos padres al abad Macario, el egipcio: «¿Por qué tu cuerpo está siempre reseco, lo mismo cuando comes que cuando ayunas?». Y dijo el anciano: «Así como el madero con el que se manejan los leños que arden en el fuego, acaba siempre por consumirse, así también cuando un hombre purifica su espíritu en el temor de Dios, este temor de Dios consume hasta sus huesos».

viernes, 3 de enero de 2014

LOS RATONES Y LA PARRA

Un día, mientras caminaba a través de la selva, un hombre se topó con un feroz tigre. Corrió pero pronto llegó al borde de un acantilado. Desesperado por salvarse, bajó por una parra y quedó colgando sobre el fatal precipicio. Mientras el estaba ahí colgado, dos ratones aparecieron por un agujero en al acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra. Las arrancó y se las llevó a la boca. ¡Estaban increíblemente deliciosas!

jueves, 2 de enero de 2014

¿ES ESO ASÍ?

Una hermosa muchacha de la aldea estaba embarazada. Sus padres enojados, exigieron saber quién era el padre. Al principio resistente a confesar, la ansiosa y desconcertada muchacha finalmente señaló a Hakuin, el maestro de Zen a quien todos antes reverenciaban por vivir una vida tan pura. Cuando los ultrajados padres enfrentaron a Hakuin con la acusación de su hija, él contestó simplemente "¿Es eso así?".

Cuando el niño nació, los padres se lo trajeron a Hakuin, quien ahora era visto como un paria por la aldea entera. Exigieron que tomara el cuidado del niño, puesto que era su responsabilidad. "¿Es eso así?", dijo Hakuin tranquilamente mientras aceptaba al niño.


Por muchos meses cuidó muy bien del niño, hasta que la hija no pudo resistir más la mentira que había dicho. Confesó que el padre verdadero era un joven de la aldea que había intentado proteger. Los padres fueron de inmediato donde Hakuin para ver si devolvería al bebé. Con abundantes disculpas explicaron lo qué había sucedido. "¿Es eso así?", dijo Hakuin mientras les entregaba al niño.

miércoles, 1 de enero de 2014

LA IMPACIENCIA

Un estudiante de artes marciales fue hasta su profesor y le dijo seriamente, “Soy un devoto al estudiar su sistema marcial. ¿Cuánto tiempo me tomará dominarlo”. La respuesta del profesor fue improvisada, “Diez años”.
Impacientemente, el estudiante replicó, “Pero quiero dominarlo mucho antes que eso. Trabajaré muy duro. Practicaré a diario, diez o más horas al día si es necesario. ¿Cuánto tiempo tomaría entonces?” El profesor pensó por un momento, “veinte años”.